págª mantenida por Lorenzo Peña
Bagdad: tribuna para defender al pueblo de Mesopotamia
Secretario general, Kofi Annan Naciones Unidas Nueva York

Estimado secretario general Annan:

George Bush invadirá Iraq a menos que Naciones Unidas (NN.UU.) lo disuada. Otras organizaciones internacionales -incluida la Unión Europea (UE), la Unión Africana, la OEA, la Liga Árabe, las naciones valientes lo suficientemente valerosas como para hablar contra la agresión de la superpotencia, los movimientos internacionales por la paz, los dirigentes políticos y la opinión pública de EE.UU.- deben hacer su parte a favor de la paz. Pero si, por encima de todos, NN.UU. fracasa en oponerse a la invasión de Iraq por EE.UU., perderá su honor, su integridad y su razón de ser.

Un ataque militar contra Iraq es obviamente [un acto] criminal; completamente inconsistente con las urgentes necesidades de los pueblos de las NN.UU.; injustificable desde cualquier punto de vista legal y moral; irracional a la luz de los hechos conocidos; desproporcionado [en comparación] con otras amenazas de guerra y violencia y una peligrosa aventura que arriesga a mantener el conflicto a través de toda la región y durante muchos años en el futuro. Debe de hacerse el análisis más riguroso sobre por qué el mundo está sometido a tales amenazas de violencia por su única superpotencia que de manera tan segura e importante podría conducirnos al camino de la paz, y cómo NN.UU. puede evitar la tragedia humana de un nuevo ataque y de mayor alcance sobre Iraq y el poderoso estímulo para el terrorismo vengativo que podría crear.

  1. El presidente George Bush accedió a la presidencia con la determinación de atacar Iraq y cambiar su gobierno

    George Bush avanza rápido con el fin de hacer su guerra imparable y hacerla pronto. Habiendo declarado el pasado viernes [14 de septiembre] que no creía que Iraq aceptase los inspectores de NN.UU., contestó a la pronta respuesta de Iraq de aceptación incondicional llamando a no darle ningún crédito, como [si fuera] una "falsa esperanza", y prometiendo atacar Iraq solo si NN.UU. no actúa. Bush está obsesionado con el deseo de lanzar la guerra contra Iraq e instalar a sus substitutos para que gobiernen Iraq por la fuerza. Días después del discurso más belicoso pronunciado ante NN.UU. -un ataque sin precedentes a la Carta de las NN.UU., a la ley del Derecho y a la búsqueda de la paz- EE.UU. anunció que los objetivos declarados en Iraq habían cambiado en los últimos once años desde la represalia por las amenazas y los ataques aéreos contra aviones militares estadounidenses que estaban invadiendo el espacio aéreo iraquí a diario e ilegalmente. ¿Cómo pueden haber sido serios tales amenazas y ataques cuando ni siquiera un solo avión estadounidense resultó dañado? Por el contrario, cientos de personas han sido asesinadas en Iraq por los lanzacohetes y bombas de EE.UU. y no solo en la denominada "zona de exclusión aérea" sino en el mismo Bagdad. Ahora, EE.UU. proclama sus intenciones de destruir la mayor parte de las infraestructuras militares de Iraq en los preparativos de su invasión, una clara promesa de agresión. Cada día aparecen nuevas amenazas y más propaganda para vencer la resistencia a la precipitación de Bush por ir a la guerra. La aceleración seguirá hasta que los tanques rueden, a menos que prevalezca la persuasión no violenta.

  2. George Bush está conduciendo a EE.UU. y llevando a las NN.UU. y a todas las naciones hacia un mundo sin ley de guerras interminables

    Con su "guerra contra el terrorismo", George Bush ha afirmado su derecho a atacar cualquier país, organización o pueblo sin previo aviso y a su sola discreción. Él y algunos miembros de su Administración han proclamado que las viejas limitaciones derivadas de leyes que restringían la intervención [exterior] de los gobiernos o limitaban la represión contra sus pueblos ya no son compatibles con la seguridad nacional. El terrorismo constituye tal peligro -afirman- que la necesidad obliga a EE.UU. a atacar primero para destruir el potencial de actos terroristas desde el exterior y practicar arrestos arbitrarios, detenciones, interrogatorios, controles y seguimiento de los extranjeros dentro de EE.UU.. La ley se ha convertido en enemigo de la seguridad pública. La necesidad es el argumento de los tiranos. La necesidad nunca conduce a un buen pacto.

    Heinrich Himmler -quien instruyera a [los miembros de] la Gestapo nazi [el] "dispara primero y pregunta después, que yo te protegeré"- está siendo vindicado por George Bush. Como el alemán descrito por Jorge Luis Borges en Deutsches Réquiem [1], George Bush ha ofrecido ahora al mundo violencia y fe en la espada, como el nazi teutón hizo. Y como Borges escribió, de nada sirvió la fe en la espada pues Alemania resultó vencida. ¿Qué es esta violencia que ahora gobierna? Dos generaciones de alemanes han rechazado esa fe. Su perseverancia en la obtención de la paz merecerá el respeto de las generaciones venideras en cualquier lugar. Los pueblos de NN.UU. están amenazados con el fin del Derecho Internacional y de la protección de los derechos humanos por la "guerra contra el terrorismo" de George Bush y su determinación de atacar Iraq.

    Desde que George Bush proclamó su "guerra contra el terrorismo", otros países han reclamado el derecho a atacar primero. India y Pakistán condujeron al mundo y a sus propios pueblos al borde del conflicto nuclear como nunca desde octubre de 1962, y como consecuencia directa de las reclamaciones de EE.UU. de su derecho irrestricto a perseguir y asesinar terroristas, o atacar a las naciones que los protejan, basándose en una decisión unilateral sin consulta de las NN.UU., sin juicio previo, o sin que se hayan revelado hechos objetivos evidentes para reclamar que sus blancos son terroristas y que están marcados por tales hechos.

    Existe ya una casi epidemia de naciones que proclaman el derecho a atacar a otras naciones o a intensificar las violaciones de los derechos humanos de sus propios pueblos sobre la base de las declaraciones de poder en la "guerra contra el terrorismo" de George Bush.

    Mary Robinson, en su valiente y calmada declaración tras finalizar su cargo como Alta Comisionada de NN.UU. para los Derechos Humanos, habló del efecto onda que las reivindicaciones de EE.UU. acerca del derecho a atacar primero y de suspender la protección de los derechos humanos está teniendo desde el 11 de septiembre de 2002.

    En Colombia, cuyo nuevo gobierno está fuertemente apoyado por EE.UU., se está reclamando autoridad para arrestar a los sospechosos sin pruebas y declarar zonas bajo control militar, además de nuevos poderes que igualmente hacen más fácil pinchar teléfonos y limitar el acceso de presencia de extranjeros en las zonas de conflicto, y permiten a los agentes de la seguridad entrar en los domicilios u oficinas sin orden judicial a cualquier hora del día porque exista una mínima sospecha. Estas amenazas adicionales a los derechos humanos han seguido a los planes de emergencia [instaurados] desde el 11 de septiembre para poner en marcha una red de un millón de informantes en unan nación de cuatro millones de habitantes [2].

  3. EE.UU., no Iraq, es la gran y única amenaza para la independencia y propósitos de las NN.UU.

    La afirmación del presidente Bush de que Iraq es una amenaza que justifica la guerra, es falsa. El 80% de la capacidad militar iraquí fue destruida en 1991 según el Pentágono. El 90% de los materiales y equipamientos que se requieren para fabricar armas de destrucción masiva fue destruido por los inspectores de NN.UU. durante más de ocho años de inspección. En 1990, Iraq era poderosa comparada con la mayor parte de sus vecinos.

    Hoy es [un país] débil. Un niño de cada cuatro nacidos en Iraq sobrevive pesando menos de 2 kilos, con una esperanza corta de vida, con enfermedades y con un desarrollo deteriorado. En 1989, menos de uno de cada 20 niños nacidos vivían con menos de dos kilos de peso. Cualquier amenaza a la paz en que Iraq se pueda convertir es remota, mucho más lejana que las de otras muchas naciones y grupos y no puede justificar un asalto violento. Un ataque sobre Iraq hará de los ataques vengativos contra EE.UU. y contra los gobiernos que apoyan sus acciones mucho más probables en el futuro.

    George Bush proclama que Iraq es una amenaza a la autoridad de NN.UU. mientras las sanciones -con las que EE.UU. coacciona- siguen causando el incremento de la tasa de mortalidad entre la población iraquí. Las muertes causadas por las sanciones han alcanzado después de 12 años el nivel de genocidio. Iraq no puede sino pedir en vano el fin de este crimen contra su pueblo.

    El papel de NN.UU. en las sanciones contra Iraq compromete y ensucia la integridad y el honor de la institución internacional. Por ello la resistencia de NN.UU. contra esta guerra es ahora más importante.

    Las inspecciones [de desarme] han sido utilizadas como una excusa para mantener las sanciones durante ocho años mientras miles de niños iraquíes y ancianos han muerto cada mes. Iraq es víctima de unas sanciones criminales que deberían haberse levantado en 1991. Por cada persona muerta por los actos terroristas en EE.UU. el 11 de septiembre, han muerto quinientas en Iraq como consecuencia de las sanciones.

    Es EE.UU. quien amenaza no solo la autoridad de NN.UU. sino su independencia, integridad y esperanza de efectividad. EE.UU. paga las deudas a NN.UU. solo si, cuando y en la cantidad que quiere; coacciona en las votaciones de sus miembros. Coacciona en la elección de sus funcionarios en la secretaría general; ha vuelto al seno de la UNESCO para ganar un favor temporal después de 18 años de oposición a todos sus objetivos; y coloca espías en los equipos de inspección de [la comisión de desarme UNSCOM de] NN.UU..

    EE.UU. ha renunciado a los tratados de control y proliferación de armas nucleares, ha votado en contra del protocolo que permite poner en marcha la Convención de Armas Biológicas, ha rechazado el tratado de prohibición de minas personales; se ha empeñado en prohibir la creación y después inutilizar el Tribunal Penal Internacional, y ha frustrado la Convención de la Infancia y la prohibición contra la utilización de niños en las guerras. EE.UU. se ha opuesto virtualmente a todo esfuerzo internacional para controlar y limitar la guerra, para proteger el medioambiente, para reducir la pobreza y para proteger la salud.

    George Bush cita dos invasiones de otros países por Iraq durante los últimos 22 años, pero ignora la veintena de invasiones y ataques de EE.UU. contra otros países en África, Asia y América Latina durantes los últimos 20 años, así como el permanente apoderamiento de tierras de nativos americanos y otras naciones -tierras como Florida, Texas, Arizona, Nuevo México, California y Puerto Rico, entre otras, incautadas mediante la fuerza y la amenaza.

    En esos mismos 22 años EE.UU. ha invadido o atacado directamente Granada, Nicaragua, Libia, Panamá, Haití, Somalia, Sudán, Iraq, Yugoslavia, Afganistán y otros, en tanto que apoyaba ataques e invasiones en otros lugares de Europa, Asia, África, y América Latina.

    Resulta duro recordar que EE.UU. invadió y ocupó la pequeña Granada en 1983 después de un año de amenazas, de asesinatos de miles de civiles y de la destrucción de su pequeño hospital mental donde muchos pacientes murieron. En un ataque sorpresa contra las indefensas ciudades de Trípoli y Bengasi mientras dormían, en abril de 1986, EE.UU. asesinó a miles de civiles y causó daños a cuatro embajadas extranjeras. Lanzó 21 misiles de crucero Tomahawk contra la planta farmacéutica de al-Shiafa, en Jartum, en agosto de 1998 destruyendo el suministro de la mitad de las medicinas disponibles para toda la población de Sudán. Durante años ha tenido a sus fuerzas armadas en Uganda y en el sur de Sudán luchando contra el gobierno de este país. EE.UU. ha bombardeado Iraq en cientos de ocasiones desde la Guerra del Golfo, incluido esta semana, matando a cientos de personas sin causarse una sola baja [a si mismo] o daño a un solo avión de combate.

  4. ¿Por qué George Bush ha decidido que EE.UU. debe atacar Iraq ahora?

    No existe una base racional para creer que Iraq constituya una amenaza para EE.UU. o para cualquier otro país. La razón para atacar Iraq debe encontrarse en otra parte.

    Como gobernador de Texas, George Bush presidió una veintena de ejecuciones, más que cualquier otro gobernador de EE.UU. desde que la pena de muerte se reinstauró en 1976 (después de una interrupción en 1967). [Bush] demostró el mismo celo que muestra ahora por el cambio de régimen en Iraq cuando supervisó las ejecuciones de menores, mujeres, y de personas incapacitadas cuyos derechos bajo la Convención de Viena relativa a las Relaciones Diplomáticas sobre notificación de sus detenciones a la misión extranjera de su nacionalidad fueron violados. El Tribunal Supremo de EE.UU. considera que las ejecuciones de personas mentalmente retrasadas constituyen un castigo cruel y poco común que viola la Constitución de EE.UU.. George Bush se dirige a NN.UU. con esos mismos valores y esa misma intencionalidad.

    Sus motivos pueden incluir salvar a una presidencia fallida que ha convertido una economía saneada y el superávit del tesoro en pérdidas de trillones de dólares; llevar a cabo su sueño -que se convertirá en pesadilla- de un Nuevo Orden Internacional al servicio especial de los intereses de EE.UU.; ajustar un rencor familiar contra Iraq; amenazar a la nación árabe, a todo su pueblo de una vez; golpear a la nación musulmana para debilitar al Islam; proteger a Israel o hacer su posición más dominante en la región; asegurase el control del petróleo de Iraq para enriquecer los intereses de EE.UU. y después dominar el petróleo de la región y controlar sus precios. Agredir a Iraq por cualquiera de esos propósitos es criminal y [constituye] una violación de gran parte de las convenciones internacionales y leyes, incluida la Resolución de la Asamblea General sobre la Definición de la Agresión, de 14 de diciembre de 1974.

    Los cambios de régimen previos [llevados a cabo] por EE.UU. llevaron al poder, entre una larga lista de tiranos, a dirigentes como el Shah en Irán, Mobutu en Congo, Pinochet en Chile, todos ellos remplazando a presidentes de gobierno democráticamente elegidos.

  5. Una política racional que trate de reducir la amenaza de armamento de destrucción masiva en Oriente Medio debe incluir a Israel

    Una política de NN.UU. o de EE.UU. de selección de enemigos de Washington a atacar es criminal y solo puede elevar el odio, la división, el terrorismo y derivar en la guerra. EE.UU. concede a Israel más ayuda per cápita que el total de la renta per cápita del África Subsahariana procedente de todas las fuentes.

    Las sanciones coercitivas de EE.UU. han reducido la renta per cápita de la población iraquí en un 75% desde 1989. La renta per cápita en Israel en la década pasada ha sido aproximadamente 12 veces mayor que la de los palestinos.

    Israel intensificó sus ataques de décadas contra el pueblo palestino usando la proclamación de George Bush de "guerra contra el terrorismo" como una excusa para indiscriminadamente destruir ciudades y pueblos en Cisjordania y Gaza y para apoderarse de más tierra [palestina] en violación del Derecho Internacional y contra reiteradas resoluciones del CS de NN.UU..

    Israel ha acumulado reservas de cientos de cabezas nucleares importadas desde EE.UU., sofisticados cohetes, capaces de alcanzar objetivos a distancia de varios miles de kilómetros, y contratos con EE.UU. para el desarrollo conjunto de más sofisticada cohetería y otras armas con EE.UU..

    La posesión de armas de destrucción masiva por una sola nación en una región con una historia de hostilidad promueve la carrera a la proliferación y a la guerra. NN.UU. debe actuar para reducir y eliminar todas las armas de destrucción masiva y no someterse a las demandas de castigo contra los enemigos de la superpotencia que es quien posee la mayoría de tales armas y la capacidad para utilizarlas.

    Israel ha violado e ignorado más resoluciones de NN.UU. durante 40 años que cualquier otra nación. Lo ha hecho impunemente.

    La violación de las resoluciones de NN.UU. no puede ser la base para la aprobación de un ataque contra ninguna nación, pueblo, en tiempo de paz o en ausencia de amenaza de ataque inminente, sino que se deben hacer los mismos esfuerzos para que todas las naciones que las violan cumplan las resoluciones del CS de NN.UU..

  6. La elección es guerra o paz

    NN.UU. y EE.UU. deben buscar la paz, no la guerra. Un ataque contra Iraq puede abrir una caja de Pandora que condenará al mundo a décadas de violencia extendida. La paz no es solo posible; es esencial, considerando las cotas a que la ciencia y la tecnología han elevado el arte humano y la autodestrucción.

    Si se permite que George Bush ataque Iraq con o sin aprobación de NN.UU., se convertirá en el enemigo público número uno y NN.UU. será, peor que inútil, cómplice de las guerras para cuya prevención fue creada. Los pueblos del mundo tendrán entonces que encontrar un medio para comenzar de nuevo si esperan acabar con el azote de la guerra.

    Este es un momento definitivo para NN.UU.. ¿Permanecerá fuerte, independiente y fiel a su Carta, al Derecho Internacional y a la esencia de su creación o se someterá a la coerción de una superpotencia que nos conduce a un mundo sin ley y que condona la guerra contra la cuna de la civilización?

No permita que esto suceda.

Sinceramente, Ramsey Clark

20 de septiembre de 2002

Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

*Ramsey Clark fue fiscal general de EE.UU. y es el presidente de la organización 'International Action Center'



Notas:

  1. De su obra Historia universal de la Infamia, Alianza Editorial. [Nota de CSCAweb.]
  2. The New York Times, September, 12, 2002, p. 7. [Nota del autor.]