entrevista a Alejandro Alejandrovich Zinovief por Antonio Fernández Ortiz reproducida del sitio http://ddooss.org/articulos/entrevistas/Alexnadr_Alexandrovich_Zinoviev.htm
Alexandr Alexandrovich Zinoviev [1922-2006] - In memoriam Para recordar a un pensador lúcido, excéntrico, muy desconocido y casi olvidado por los que le conocieron, fallecido recientemente en Moscú
La actividad intelectual de Alexandr Alexandrovich Zinoviev se caracterizó, en los años precedentes a la Perestroika, por su crítica al proyecto soviético de comunismo. Los escritos y trabajos de Zinoviev se convirtieron en clásicos y fueron interpretados como una condena generalizada de la experiencia del socialismo real. Pasados los años y desaparecida la URSS, a muchos les ha parecido que Alexandr Zinoviev ha cambiado de posición con respecto a su crítica a la URSS y, de crítico del comunismo soviético se ha convertido en un defensor de la Unión Soviética, precisamente cuando la URSS ya es Historia. Para hablar de la Unión Soviética, de las repercusiones del proyecto soviético sobre el mundo occidental, sobre la situación del propio mundo occidental y sobre otras muchas cosas, nos reunimos con Alexandr Alexandrovich en su casa en Moscú, donde nos recibió amablemente.
El objeto de mi crítica y análisis es ahora el sistema poscomunista, es decir, todo lo que ha resultado del proceso de destrucción del sistema soviético. Sin embargo todo esto se percibe ahora como si yo hubiese cambiado mi visión sobre el comunismo. Si yo afirmo, por ejemplo, que Gorbachov, como hombre de estado fue un cretino y desde el punto de vista moral un miserable, de esto no se deduce que ahora tenga una buena opinión sobre Brezhnev. Brezhnev sigue siendo para mí, al igual que antes, una total nulidad, una de las personas que propiciaron la caída de la URSS.
Yo no he cambiado de opinión, sino que han cambiado de opinión millones de personas con respecto a mí. Por los mismos libros que antes me consideraban anticomunista, ahora me consideran rojo. Y se esfuerzan en presentar el asunto como si yo hubiese cambiado radicalmente de posición. Pues no. De mis antiguos libros yo no renuncio ni a una sola palabra. Pero yo sigo adelante, y escribo nuevos libros sobre la nueva época. Ahí es donde reside la clave del asunto.
En aquel entonces, en la Unión Soviética, la posibilidad de investigar científicamente sobre el comunismo ruso estaba excluida. Decir la verdad, desde un nivel científico, sobre el comunismo, era imposible debido al dominio de la ideología soviética. Y en Occidente el acercamiento científico al comunismo era imposible, allí la situación era la contraria, consideraban al comunismo y a la URSS como el imperio del mal.
Pero desde un punto de vista científico el comunismo no fue ni un bien ni un mal. Fue un sistema social objetivo, en el cual se dieron aspectos positivos y negativos, ambos estrechamente relacionados. Los fenómenos negativos serían inconcebibles sin los positivos y los positivos sin los negativos. Le pongo un ejemplo: en la URSS nunca hubo desempleo, estaba garantizado el trabajo para todos, sin excepciones. Esto fue un logro positivo indiscutible. Pero este logro positivo estuvo relacionado de manera inseparable con otro negativo: todos los adultos con capacidad para trabajar estaban sujetos a su lugar de trabajo, estaban obligados a trabajar. El derecho al trabajo y su garantía significaban al mismo tiempo una situación de semi-servidumbre. Las personas que se negaban a trabajar eran consideradas delincuentes, parásitos. Otro ejemplo: en el sistema comunista de la URSS estaba garantizada la educación gratuita, la atención sanitaria gratuita, la entrega gratuita de vivienda, etc. Desde luego que todos éstos eran logros positivos. Pero al mismo tiempo tenían su parte negativa: un bajo nivel de vida comparado con Occidente, ausencia entre la gente de un interés por el trabajo intensivo, actitud chapucera, embaucamiento, simulación, etc. Es decir, todos aquellos aspectos negativos del comunismo que eran conocidos por todos en el mundo y que fueron sometidos a crítica. Estos aspectos negativos no fueron el resultado de la mala intención, sino que fueron engendrados por la propia naturaleza del comunismo, por sus propios logros positivos.
Yo he investigado por primera vez en el mundo, de una manera científica, la sociedad comunista. He investigado sobre sus leyes objetivas, y hasta el día de hoy mi teoría del comunismo es única. Yo no conozco en el mundo ninguna otra persona que haya hecho algo similar. Y ahora, en la actualidad, no me desdigo de los resultados obtenidos. En los últimos tiempos fueron publicados varios libros míos en este sentido y ahora se prepara para la imprenta un trabajo mayor en el cual expongo mi teoría del comunismo -del sistema social soviético- y del occidentalismo -del sistema social occidental-. Los comparo y examino en qué son coincidentes y en qué se diferencian y cuáles son las perspectivas y tendencias de evolución de uno y otro.
La Revolución de 1917 acabó con el feudalismo y con el capitalismo, pero dio curso libre al estatalismo. Después de la Revolución, el estatalismo se desarrolló de una manera muy fuerte e incluso se convirtió en un "superestatalismo". En realidad, en la URSS, todo lo que llamaban propiedad social era en realidad propiedad estatal, y toda la población soviética se convirtió, de hecho, en empleados del Estado. Es decir, trabajaban para el Estado y recibían de él su salario. La estructura de clases era totalmente diferente a la existente antes de la Revolución y diferente a la existente en Occidente.
En Rusia el sistema comunista se identificó, se unió, de una manera tan sólida con las tradiciones rusas, con el carácter del pueblo ruso, que la quiebra del comunismo ha supuesto al mismo tiempo la quiebra del pueblo, la quiebra de Rusia en general. Tiempo atrás, incluso antes de que apareciera Gorbachov y empezara la Perestroika, en mis libros advertí que el comunismo no era el Paraíso sobre la Tierra, pero que todo lo que viniera a sustituir al comunismo sería todavía peor, es más, que la quiebra del comunismo en Rusia significaría la quiebra de Rusia. En realidad, la Guerra Fría de Occidente contra Rusia fue dirigida no tanto contra el comunismo como contra la propia Rusia. Y así ha ocurrido. Ya entonces introduje la formula: "apuntamos al comunismo y le damos a Rusia". Yo afirmo esto teniendo como base de mi afirmación que en la propia sociedad occidental existen todas las insuficiencias que veíamos en el comunismo. Criticaban el comunismo por su burocratismo y en realidad el sistema burocrático en los países occidentales, por ejemplo en los EEUU, en Alemania, en Francia es mucho más fuerte que lo era en Rusia. Criticaban a la URSS por su economía planificada. Ahora incluso los anticomunistas reconocen que la planificación en la economía occidental es mayor que la que había en la URSS. Además en la URSS los planes se establecían, pero normalmente no se cumplían o no se cumplían de la manera establecida. Pero si toma usted la economía moderna occidental, por ejemplo, la americana o la europea occidental, sin planes no puede existir. Es más, los planes los establecen ya no sólo para cinco años, sino incluso para diez, quince años. Si tomamos la economía moderna occidental, a la cual yo llamo "totalitarismo monetario", vemos que es un sistema gigante, controlado por el sistema financiero, por un supersistema financiero que posiblemente esté planificado para un siglo entero.
En la situación en la que nos encontramos, yo simplemente hago un llamamiento, no sólo a los rusos, sino también a las gentes de Occidente, a mirar profundamente, a reflexionar sobre lo que fue en propiedad el comunismo, mirando a su alrededor, y a darse cuenta de que lo mismo se está produciendo en Occidente. En realidad, en Occidente, la época actual es, no sólo poscomunista, sino que además es posdemocrática, es decir, la época de la democracia liberal se ha acabado y ha llegado la época del totalitarismo, del totalitarismo occidental. Se le puede llamar totalitarismo democrático o democracia totalitaria. Es una nueva época en la que ha ocurrido un cambio grandioso.
Por cierto que la idea del acercamiento entre el comunismo y el sistema occidental la promocionaron los sociólogos occidentales. La teoría aquella de la convergencia. No fueron los comunistas los que la promocionaron. En esta idea había mucho de justo, y en realidad se produjo un acercamiento entre el comunismo y el occidentalismo, como yo llamo al sistema Occidental...
Si tomamos el "superimperio" económico occidental contemporáneo de ámbito mundial, dentro de él domina una dictadura. La Unión Soviética en su totalidad fue una empresa de ese tipo. Un solo Estado, un sistema ideológico único, un sistema de dirección único. Al principio, cuando el país era todavía pobre, sobre todo en los años posteriores a la Revolución, esto permitió un progreso muy rápido. En los años posteriores a la guerra mundial tuvo lugar un "salto" sin precedentes.
La población aumentó en 100 millones de personas, algo que, por cierto, prefieren ignorar. Las empresas, institutos, escuelas, hospitales, etc., aumentaron en decenas, centenas de veces. Si antes de la guerra, Stalin podía conocer a todos los directores de las empresas por su nombre, en los años de posguerra el número de empresas, sólo en Moscú, llegó a ser más, muchas veces más, que antes en toda Rusia, que en toda la URSS. Hasta la guerra, el número de Cátedras en todos los centros de investigación llegó a ser de unos cientos en total. Pero en los años de la posguerra llegaron a ser decenas de miles.
Es decir, la sociedad soviética se enriqueció, se hizo más compleja y comenzó a evolucionar en dirección a una sociedad del tipo occidental.
Y si no hubiesen aparecido Gorbachov y Yeltsin y no hubiese ocurrido la derrota del sistema soviético, todas las reformas que intentaron realizar en la URSS se hubiesen podido llevar a cabo, además sin catástrofes. Todas las ideas de la Perestroika ya habían sido elaboradas en la URSS por lo menos 10 años antes de la llegada de Gorbachov. Y esto lo manifiesto asumiendo la plena responsabilidad de las palabras que estoy pronunciando. Gorbachov no tuvo nada de original, simplemente se aprovechó de lo que ya había.
¿En qué línea se movía, evolucionaba, la sociedad soviética? Tomemos como ejemplo la ideología. En realidad, la ideología sólo de una forma nominal continuó siendo marxista. La ideología soviética asimiló las ideas fundamentales de la ideología occidental. La idea de concesión de libertad de acción a los directivos de las empresas se consideraba evidente y sólo era cuestión de tiempo el momento en que esto iba a ocurrir. Si nos acercamos a este tema desde un punto de vista sociológico, es decir, si tomamos la evolución de la ideología, la evolución del poder, la evolución del sistema financiero, etc., la sociedad soviética, de una u otra manera, hubiese acabado acercándose a la occidental en todas las esferas de la vida: en la económica, en la ideológica, en la cultural, etc.
Si analizamos, por ejemplo, el fenómeno del bolchevismo, nos encontramos con que en él estaba presente el marxismo, pero también estaban presentes, desde mi punto de vista, aspectos fundamentales de las concepciones solidarias de la cultura tradicional rusa que fueron elaboradas por la literatura, la filosofía y la ciencia rusa durante todo el siglo XIX. El bolchevismo fue precisamente la síntesis, nueva como fenómeno histórico y cultural, e incluso podemos decir que civilizatorio, de las tradiciones solidarias de la cultura rusa más el marxismo, el cual incorporó sus ideas de construcción de una sociedad solidaria pero al mismo tiempo industrial. El marxismo trajo al movimiento revolucionario ruso la idea del industrialismo.
Se hizo un intento de formar, crear, una civilización específica. Una civilización no surge de un solo país, sino cuando muchos países, muchos pueblos, establecen una relación de intercambio unos con otros. En este sentido, la civilización rusa que comenzaba ejerció su influencia sobre toda la Humanidad. Prácticamente medio mundo acabó pintado de color rojo: los países de Europa oriental, Cuba, China, incluso algunos países de Occidente. Eso es otro asunto. Pero este intento de Rusia -de desarrollar su específica civilización- fue abortado, cortado, y ya no tiene oportunidades de abrirse camino porque (según mi teoría) la época de las civilizaciones ha pasado.
Una civilización la forman un grupo de pueblos que se intercambian y se influyen unos a otros, pero que no están organizados en un todo único al igual que en una sociedad. No ha habido un Estado que haya dirigido a todo el mundo occidental. Sólo ahora el mundo occidental se ha organizado en un todo único, y esto significa que ha llegado el final de la época de las civilizaciones. Ahora el mundo occidental se organiza como una supersociedad global, con un único sistema de poder y de dirección. Las fronteras nacionales están siendo liquidadas y están apareciendo sistemas económicos supranacionales. Esto significa que ha aparecido una supercivilización, la supercivilización occidental. Rusia no tiene ninguna oportunidad de competir con ella. Rusia, de hecho, se ha convertido ahora en una zona de colonización para la moderna supercivilización occidental. ¿Cuánto tiempo todavía existirá de manera formal? Es difícil predecirlo. Pero de hecho hace tiempo que ha perdido su papel de segunda superpotencia y no tiene ninguna oportunidad de elevarse hasta su antiguo nivel.
Ahora renuncian a todo esto, pero fue así. Todo el estatalismo americano se formó bajo la influencia del Estado soviético. Si usted comienza a escarbar, ve cómo organizaron el ejército, la ideología, la cultura... descubrirá que la influencia soviética fue enorme. El sistema de planificación fue criticado, y sin embargo ellos mismos lo asumieron. Todo esto fue descubierto en Rusia. Y no sólo esto. Hay algo a lo que yo ahora quisiera prestar atención: la existencia del bloque soviético y la división del mundo en dos polos, uno con América a la cabeza, y el otro con la URSS fue la salvación de Europa occidental. En Europa occidental tenían miedo de que el comunismo ruso iba a llegar y los iba a conquistar, pero ese miedo no estaba justificado. En los años 76-78 dije que la URSS no tenía fuerza, no ya para dominar el mundo, sino incluso para conquistar Europa occidental. Era fácil hacer la cuenta. Ahora, después de la derrota de la URSS, Europa occidental se encuentra sin defensa frente al americanismo. Y todo lo que ahora está ocurriendo en Europa occidental es su conquista por el americanismo; es la muerte de la civilización europeo-occidental.
Aquí, en Rusia, tienen la costumbre de mezclarlo todo, pero es necesario diferenciar severamente la cultura europeo occidental: Italia, España, Francia, etc., y la supercivilización occidental, es decir, todo lo que procede de América. Ahora, en realidad, se ha formado una supersociedad global supranacional. Se está produciendo la destrucción de las fronteras nacionales de Europa occidental, la destrucción de las economías nacionales, de las culturas nacionales. Se está produciendo una clara y abierta americanización, o globalización, de Europa occidental. Y no hay nadie que pueda defender a Europa occidental. El cine americano domina, la literatura americana domina. Es difícil decir en qué acabará todo esto.
Pienso que a los países de Europa occidental, como consecuencia de la americanización, les espera lo mismo que ha pasado en Rusia. En Italia ha sido publicado un libro mío sobre este tema. Por este motivo recorrí toda Italia y vi cómo los italianos ya sienten de qué manera la americanización les tiene cogidos por el cuello. Ya ve usted, así está construido el mundo, no hay mal sin el bien, de la misma manera que no hay bien sin el mal. La americanización que se está produciendo en Europa occidental era impensable cuando existía la URSS. La guerra que ha tenido lugar en Serbia en realidad no ha sido una guerra contra el comunismo, en Serbia no había ningún tipo de comunismo, sino una guerra dirigida contra Europa occidental. Los amos de la sociedad global sintieron y percibieron el aumento del antiamericanismo y de la resistencia a la globalización en Europa occidental.
A todo este proceso yo lo llamo "globalización". El medio utilizado para conseguir la globalización es la occidentalización. Utilizar en relación con este proceso los viejos conceptos leninistas de capitalismo, imperialismo, colonización en su antiguo sentido, es absurdo. Nos encontramos en otro proceso totalmente diferente. Ahora bien, para la supersociedad global no es imprescindible organizar guerras como forma de repartir el mundo (como lo fueron la Primera o la Segunda Guerra Mundial), se hace todo de forma más sencilla. A Rusia la han derrotado y sometido sin un sólo disparo. En el siglo XXI, algo similar a lo que han hecho con la URSS lo harán con China. Ya ha comenzado la guerra fría contra China. Este proceso se prolongará. Todas las ideas leninistas tenían como fundamento la teoría social y económica del marxismo. Esta es una teoría no científica, es una teoría ideológica. Tenía sentido en el siglo XIX y al principio del XX, pero a partir de la segunda mitad de nuestro siglo todo esto ha perdido su sentido.
Todo lo que fue hecho por él, en mi opinión, demuestra que como político fue más importante que Lenin. Es necesario tener en cuenta las condiciones históricas en las que vivía Rusia: guerras interminables, pobreza, desórdenes, difíciles condiciones climáticas, el material humano (nadie quiere tener en cuenta el material humano). Todo lo que en Rusia se ha construido, lo ha sido con un material humano muy malo.
Por ejemplo, los rusos, el pueblo fundamental de la URSS, es un pueblo con un bajo nivel de autoorganización, sin el palo es imposible organizarlo, ni antes ni ahora. Es un pueblo inclinado al servilismo, a la traición, envidioso, que se inclina ante todo lo extranjero, etc. Esto es un hecho.
Con este material humano, fundar un Estado tan fuerte, la segunda superpotencia en el planeta, es un caso único en la historia. Hitler también llevó adelante un gran asunto, también fue un político colosal, pero fue un criminal. Ser un genio no significa ser al mismo tiempo una buena persona. Napoleón también fue un genio, pero también un criminal.
Stalin, como hombre político, se encuentra por encima de ellos y a mucha distancia. La historia soviética, aún siendo muy corta, ha jugado un papel fundamental en la historia de la humanidad. Gracias a la URSS fue derrotado el fascismo, el nacional-socialismo alemán, el militarismo japonés.
Sin la URSS esto hubiese sido imposible. Si no hubiese existido la URSS, los alemanes, de manera natural, podrían haberse convertido en los dueños de la situación en el planeta para largo tiempo, lo cual hubiese sido muchas veces peor que el estalinismo. En este sentido, el protagonismo histórico de Stalin y del estalinismo es enorme.
El mundo occidental ha llegado a ser líder en el planeta, en gran medida gracias a Stalin y al estalinismo. Stalin limpió el camino, dando lugar a la aparición de fenómenos que el mundo occidental después ha asumido: la planificación económica, la organización totalitaria de grandes sistemas, los medios de influencia sobre las masas, y muchas otras cosas; incluso en su forma negativa, creando una superpotencia estimuló la consolidación de Occidente.
No se puede infravalorar ahora el protagonismo de Stalin. En la propaganda contemporánea occidental se dedican a menospreciar la figura de Stalin. Lo resumen todo en las represiones. Pero, en primer lugar, las represiones, en lo fundamental, estuvieron justificadas, tenían sus causas; segundo, aquello fue un fenómeno secundario en la historia soviética real. Yo viví todo este periodo, y para nosotros eso se encontraba en la periferia de nuestra vida, era secundario, no era eso lo que determinaba nuestra vida, sino la creación positiva que abarcó a un gran pueblo, y prácticamente a todo el planeta.
Actuaremos como debe hacerse en la ciencia. En la URSS posterior a la Revolución se configuró un sistema social que se diferenciaba del sistema social que había en Occidente. Eso es un hecho. Estudiamos este sistema. Cómo lo vamos a llamar, es otra cuestión. En la mayoría de los casos lo llamarían comunismo o socialismo. Al sistema social occidental lo han llamado y lo llaman hasta el día de hoy capitalismo, a pesar de que nadie sabe, de una manera inteligente, qué es el capitalismo. El objetivo de la ciencia es estudiar todo lo que existe en la realidad, utilizando para ello los conceptos correspondientes.
En mis libros yo he dado una descripción de este sistema social real de la Unión Soviética. Es un sistema muy complicado y multifacético. Si se desea, en él se puede encontrar lo que se quiera. Se le puede comparar con Occidente y decir que también es capitalismo, sólo que estatal.
Se le puede comparar con el sistema anterior a la Revolución y decir que era lo mismo, sólo que en lugar del Zar había un Secretario General, y que en lugar de la policía existía una milicia. Este tipo de comparaciones son todas parciales. La ciencia está obligada a estudiar todo este fenómeno al completo, en toda su multitud de categorías.
Mi método es el siguiente: yo doy una definición provisional y orientativa, para que la gente sepa que se está hablando. Fue liquidada la propiedad privada sobre los medios de producción, los cuales fueron socializados y convertidos en propiedad del Estado. Fue liquidada la clase social de propietarios privados (capitalistas, terratenientes, etc.).
Fue realizada la colectivización de la agricultura. La gente no podía ni comprar ni vender la tierra, no podía ni comprar ni vender las fábricas. Fue instituido un único sistema de poder y dirección que atravesaba a toda la sociedad. Fue instituido un único sistema económico planificado. Fue instituida una ideología estatal única. Todas las personas en este sistema, a diferencia de sociedades como la feudal o la capitalista, se clasifican por otros criterios.
Si tomamos como ejemplo una empresa, vemos que no hay dueño, desde el director hasta la limpiadora son todos empleados del Estado, todos son asalariados. Entre ellos se diferencian por otros rasgos: se dividen en jefes y subordinados. Se establece una jerarquía de dirección, digamos que con 10 o 15 niveles. Es decir, esta sociedad tiene su propia estructura, su propio sistema de poder, su propio sistema económico, su propia ideología, su propia estructura de población, sus propios principios de redistribución.
Yo describo este sistema, y como lo llamen después es un asunto secundario. Destacando el objeto de estudio mediante el sistema anteriormente utilizado, después realizo un análisis sistemático del mismo con los métodos de la ciencia. Desde este punto de vista también he estudiado la sociedad occidental, de la que por cierto también he escrito bastantes libros.
Desde el principio, manifiesto que llamar a la sociedad occidental capitalista y democrática no tiene sentido. En ella hay elementos del capitalismo y hay elementos de la democracia, pero estos son fenómenos secundarios, hay algo más serio que determina todo el cuadro de la sociedad en su totalidad. Yo introduzco otro término, no "capitalismo", sino "occidentalismo". Qué significa el "occidentalismo" lo explico con la exposición de la teoría construida según las reglas de la ciencia y no con las normas de la ideología.
El mundo occidental superaba al mundo soviético, muchas veces, en aspectos económicos, políticos, culturales, etc., incluso en población. En Occidente había casi mil millones de personas mientras que en el campo soviético había poco más de 300 millones. Occidente superaba económicamente a la URSS en más de 50 veces. Lo sorprendente no fue que la URSS resultara derrotada, sino que se mantuviera durante tanto tiempo.
La propia Unión Soviética cayó en crisis. Pero no una crisis económica del tipo occidental, sino de otro tipo. Comenzó como crisis ideológica y después se extendió por todo el sistema de poder. Fue una crisis del sistema estatal, del sistema de dirección de la sociedad. Esta crisis del sistema de dirección se extendió después a la economía. La crisis no se extendió desde abajo hacia arriba, sino desde arriba hacia abajo.
La crisis maduró en la propia estructura de la población. Se produjo una estratificación de la sociedad en clases, estratificación que antes había permanecido oculta o muy débilmente desarrollada. Aparecieron clases privilegiadas y clases bajas. En las clases privilegiadas se encontraba la nomenclatura del partido y la nomenclatura estatal. Muchas de estas personas tenían un alto nivel de vida.
La crisis ideológica se manifestó sobre todo en las clases altas, las cuales ya para este tiempo estaban totalmente contaminadas de la ideología occidental. En el interior de la URSS, gracias a los esfuerzos de Occidente, se produjo una total estratificación ideológica. Occidente consiguió imponer su sistema de valores con mucho éxito. Occidente creó en la Unión Soviética su "quinta columna". Fue creado el movimiento disidente, la emigración. La quinta columna se introdujo incluso en la dirección del Partido y en la elite ideológica. Estos factores internos estuvieron estrechamente relacionados con la existencia de la Guerra Fría, cuyas armas fundamentales fueron precisamente la influencia sobre la conciencia, sobre la psique, sobre la moral de la gente. Occidente consiguió inclinar a las capas altas de la sociedad soviética, en especial a la dirección superior, por el camino de la traición; esas capas a su vez arrastraron en su actividad traidora a amplias capas de la población.
La llegada de Gorbachov al poder (1985), más tarde los sucesos de agosto (1991) y los acontecimientos de octubre junto al Soviet Supremo de Rusia (1993), fueron operaciones de sabotaje de Occidente. Quisiera destacar que el sistema social soviético no se derrumbó como consecuencia de problemas internos o como consecuencia de causas internas de carácter natural. Fue destruido como consecuencia de una operación militar de Occidente. Realmente fue una grandiosa operación de sabotaje de alcance global. El mundo occidental demostró una colosal superioridad intelectual, económica y de organización ante el mundo comunista.
Los historiadores estudiarán durante siglos esta operación. En ella fueron invertidos no miles de dólares, sino trillones, y se prolongó durante más de 50 años. Ya en 1946 fueron formulados los principios de la Guerra Fría, y la lucha se prolongó sin interrupciones casi medio siglo. En 1985 Gorbachov fue promovido al puesto de Secretario General. Ya en aquellos momentos él era un hombre de Occidente.
En relación con esto, Thatcher jugó un papel decisivo. Ella condujo a Gorbachov, y fue ella quien dirigió esta operación de destrucción de la URSS. Ella, Thatcher, y no los americanos. Fue su gran hazaña histórica. Se produjo la coincidencia de muchos factores: crisis en la URSS, estratificación de clases de la sociedad soviética, dificultades económicas, el potente ataque de Occidente. En Occidente, en aquellos años, se produjo un despegue colosal, un progreso científico-técnico fabuloso, se produjo la integración del mundo occidental. Por primera vez Occidente llegó a ser un todo único, organizado en los años precedentes. Todos estos factores juntos dieron el resultado conocido.
Este proceso, repito, nació en el interior. En el exterior estaba el enemigo, que se esforzaba en destruir el bloque soviético y la Unión Soviética. Lo cual era normal, ya que había una guerra entre competidores. Era un hecho que la URSS pretendía la hegemonía mundial. Para Occidente, la esfera de su influencia mundial se reducía y reducía. Bajo las narices de EEUU aparecieron Cuba y Nicaragua. En Chile se desarrollaron los acontecimientos en la dirección que todos conocemos. China, África, Angola... El comunismo atacaba. En los círculos superiores de poder e intelectuales del mundo occidental; naturalmente, se tomaron medidas, y reflexionaron sobre cómo actuar ya antes de la llegada al poder de Gorbachov. Después, le empujaron hacia las alturas.
El plan fue el siguiente: imponer a las reformas que estaban madurando en la Unión Soviética una determinada dirección que las condujeran a la catástrofe. Con las fuerzas que empleó en la Guerra Fría, Occidente consiguió manipular de tal forma la situación en el sistema ideológico soviético y de poder que en su cumbre resultaron colocadas las personas deseadas por Occidente, las cuales tomaron, de hecho, el camino de la traición.
Las necesidades y el tipo de reformas maduraron en el interior de la URSS, pero la forma en que fueron llevadas a cabo fue impuesta desde el exterior, introducida en la cabeza de los representantes de las elites gobernantes e ideológicas. Por cierto, que la propaganda occidental durante mucho tiempo, decenas de años, "trabajó" la conciencia de la clase gobernante soviética, y llegado el momento ésta se comportó tal y como le fue indicado. Y como resultado acaeció la crisis de los años 80.
En la estrategia de la Guerra Fría por parte de Occidente, desde los primeros momentos fue formulada la idea del cisma del movimiento comunista. Este cisma fue conseguido. Existieron causas internas, pero, y esto quiero subrayarlo, este cisma fue el resultado de la activa influencia de los estrategas de la Guerra Fría. Primero se produjo el cisma entre el comunismo yugoslavo y el soviético. Segundo, se produjo el cisma entre el comunismo europeo-occidental y el soviético. Fue un cisma programado con antelación.
El siguiente paso se produjo en el seno del propio comunismo europeo-occidental. En resumen, en la segunda mitad del siglo se produjo una crisis general del movimiento comunista. En la práctica, el llamado eurocomunismo significó la renuncia de la ideas y métodos del comunismo europeo-occidental clásico. También consiguieron sembrar el cisma entre el comunismo soviético y el chino, de tal manera que hasta la fecha no se ha conseguido restablecer buenas relaciones entre China y Rusia.
De la experiencia de la URSS, la gente tomó conciencia de que era imposible llevar a la práctica en su totalidad las ideas del marxismo (la desaparición del Estado, la desaparición del dinero, que todos recibieran según sus necesidades, etc.). Pero al mismo tiempo, todas aquellas ideas realizables que había en el marxismo fueron, de una u otra manera, realizadas en los países de Europa occidental. Por ejemplo, si tomamos países como Suiza, Suecia, etc. partidos no comunistas llevaron a la práctica ideas del comunismo. Los comunistas vinieron a estar de sobra...
Tomemos como ejemplo la propiedad privada y la actividad empresarial privada. En los países occidentales, junto con la actividad empresarial privada existe un sistema económico paralelo en el cual ésta no puede ser aplicada.
Tomemos el caso de un gran aeropuerto. Usted necesita volar desde España a Moscú. Supongamos que la compañía de aviación ha sido privatizada o ha cambiado de dueño. Usted no se da cuenta de eso. Lo mismo que si privatizan una fábrica de aviones o una carretera. Usted tampoco se dará cuenta.
En Alemania se produjo una campaña de privatizaciones. Privatizaron el Servicio Postal. Da igual. Usted escribe una carta, la deposita en el buzón y la carta llega a su destino. ¿Cómo nota usted la privatización? De la siguiente manera: cuando el servicio de correos era estatal en él trabajaba una cantidad determinada de empleados. Lo privatizaron: despidieron a 50.000 personas. Los sellos y timbres postales tenían un precio determinado, después de la privatización son más caros. Sólo en eso nota usted la privatización. En Rusia han impuesto un sistema en el cual ladrones y bandidos han robado todo lo que era propiedad de Estado.
En una conversación de Gorbachov con un líder político francés, el último le recordó a Gorbachov ciertas palabras de Rousseau: "si usted tiene necesidad de construir una nueva casa, no destruya la vieja. Construya primero la nueva. La vieja puede ser que todavía la necesite". Este político aconsejó a Gorbachov que no destruyera el sistema económico construido sobre la propiedad estatal y que diera la posibilidad a la economía privada de desarrollarse sin destruir todo aquello que daba de comer al país. Un consejo correcto.
Los reformadores rusos actuaron justo al contrario: robaron la propiedad estatal y destruyeron la mitad, cuando no la mayor parte, de la economía que funcionaba normalmente, sin construir nada nuevo.
Muchos de los elementos del sistema soviético que habían sido destruidos, se restablecen con otros nombres y otras formas. Se está formando un híbrido, mezcla de los restos del destruido sistema soviético y de un sistema occidental mal comprendido y mal asimilado. El resultado es un monstruo, un Quasimodo político-social. Existe, es una realidad, y cambiarlo es especialmente difícil, sobre todo teniendo en cuenta que este monstruo deforme se ajusta a los intereses de Washington.
En realidad, la situación en Rusia esta manipulada por la supersociedad global. Le interesa conservar este sistema para no permitir el renacimiento de Rusia. El renacimiento de Rusia no se va a producir. En las condiciones actuales es imposible que Rusia vuelva a ser de nuevo una superpotencia. Continuará produciéndose su desintegración. De ahí procede la tendencia hacia el separatismo, hacia la independencia de las regiones con respecto al centro.
En realidad el poder central no dirige el país. Las regiones tienen mucha independencia, se relacionan entre ellas sin tener en cuenta al centro, incluso con el extranjero mantienen relaciones sin tener en cuenta al poder central. Es difícil pronosticar como puede ser superado todo esto. En los próximos decenios esta tendencia se mantendrá. Puede que un poco mejor, puede que un poco peor. La situación que usted observa ahora no es circunstancial ni temporal. Es una situación muy seria y que además va para largo.
Es más, ahora comienza el enfrentamiento entre el mundo occidental y el comunismo asiático. En este conflicto a Rusia le han preparado el papel de bastión del anticomunismo en el enfrentamiento con China. Occidente mantendrá a Rusia en las condiciones que sean rentables para la realización de esta importante misión en el siglo XXI. A Rusia la mantendrán en un nivel determinado que permitirá que la población no muera de hambre y que no haya demasiada inconformidad que pueda conducir hacia una insurrección.
El marxismo clásico, el comunismo clásico que tenía su soporte en el proletariado, en los trabajadores, ya sólo es un logro de la historia. Incluso la clase obrera ha dejado de ser una de las clases más importantes de la sociedad. En su relación porcentual ha dejado de ser mayoritaria y por su estructura ha llegado a ser diferente. Si nos encontramos con una manifestación organizada por los sindicatos y preguntamos a las personas que participan en ella, difícilmente encontraremos proletarios en el sentido tradicional de la palabra.
Encontraremos ingenieros, mecánicos, ejecutivos, etc. Los sindicatos son mayoritarios, por ejemplo, en las fábricas de automóviles. Pero si observamos con detenimiento la estructura social de las personas que trabajan en ella, proletarios, en el antiguo sentido de la palabra, no encontramos.
Ahora está teniendo lugar en el mundo (en el mundo occidental y en Rusia, en la medida que Rusia ya está incluida en la órbita del mundo occidental) una reestructuración, no sólo mundial sino también en el interior de cada país. El papel dominante lo tiene la clase media, clase que está compuesta por gente con un alto nivel de vida, gente con un futuro garantizado, etc. Es la clase más activa de la población.
Esta clase no está interesada en un sistema comunista. No obstante, las ideas comunistas influyen en la organización social del occidentalismo. Según mi teoría, el comunismo y el occidentalismo son polos de un mismo sistema. En el interior del comunismo hay elementos y componentes del sistema occidental y del comunista, y en el sistema occidental encontramos componentes y tendencias comunistas y no comunistas.
Si observamos el sistema de poder de los países occidentales, encontramos que en él hay una parte democrática y una parte no democrática. La parte democrática es insignificante, tanto por la cantidad de gente que la ocupa como por su protagonismo. Pero, sin embargo, se encuentra en la superficie y hace mucho ruido. La parte no democrática, la no elegible, la que es designada, es más poderosa que la democrática y se mantiene inmutable. Por ejemplo, en el sistema estatal de los EE.UU. están empleados el 19% o el 20% de los trabajadores. Sólo el Gobierno federal emplea a más de 16 millones de personas. ¿De toda esta cantidad de personas, son muchos los elegibles?
Cuando llega un nuevo presidente, ¿cuál es la cantidad de empleados en el aparato de poder que cambia? Muchas estructuras estatales, como los servicios secretos, la CIA y otros, son organizaciones no elegibles. ¿Quién los cambia a ellos? Ellos mismos son los dueños. Ellos son quienes deciden quién será presidente, gobernador, diputado, etc. El propio presidente es una marioneta del FIM y de otros bancos internacionales, él no es la persona más poderosa del planeta, él mismo, sin la autorización de ellos no puede llevar acabo ninguna operación realmente seria. En definitiva, la época de las revoluciones sociales ha pasado y la época de la gran influencia histórica del comunismo también ha pasado.
Pero hay una parte realizable que, por cierto, llevan a la práctica otros partidos mucho mejor que los comunistas. Por ejemplo, cuando Marx escribió: de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades, en todo el planeta había menos de mil millones de personas. Ahora, en el mundo, más de mil millones de personas viven según sus necesidades, es decir, de forma comunista.
Tienen garantizada la alimentación, el vestido, la atención sanitaria... Lo tienen todo. Pero para que estos mil millones puedan vivir según sus necesidades, es necesario que existan tres mil millones de personas que viven mal. Es una ley social.
Evidentemente, el comunismo quedará en calidad de corriente ideológica. En Rusia se formarán algunos partidos-sectas comunistas. En Alemania hay comunistas-maoístas, comunistas-estalinistas. En Rusia aparecen estalinistas. Esto siempre hubo y habrá, pero el gran protagonismo histórico del pasado ya no lo volverán a tener.
Si el mundo occidental no se integra, si no lucha por el dominio mundial, él mismo será derrotado. El asunto no puede ser planteado como si gente malvada hubiese inventado una mala línea de evolución. El asunto está planteado de tal manera que la gente buena, la gente inteligente está obligada a actuar y comportarse como si fuesen malvados. Incluso para organizar a un centenar de personas hace falta un gran esfuerzo. En el planeta hay, en la actualidad, seis mil millones de personas, y se supone que en el próximo siglo aumentará hasta los diez mil millones (de lo que yo por cierto dudo, seis mil millones es más que suficiente). El planeta está superpoblado desde el punto de vista de la teoría de la organización y de la dirección. Existen cientos de millones de grupos, organizaciones, instituciones, compañías, empresas. La gente lleva a cabo trillones de operaciones y contactos. Es decir, el mundo ha llegado a ser tan difícil que sin organización, sin una organización violenta, dictatorial y totalitaria no puede subsistir. Morirá. La pregunta sólo consiste en saber si el tipo de organización que hoy se está configurando será capaz de proteger al mundo de la muerte.
En relación con esto, yo no soy pesimista, y pienso que será capaz. Pero salvar al mundo de la destrucción no significa de ninguna manera facilitar a los seis mil millones de habitantes del planeta una buena alimentación y buen vestido. Esto significa que se podrán crear condiciones de existencia para que una parte, posiblemente no muy significativa, aproximadamente unos 400 o 500 millones de personas pueda quedarse, pueda vivir y crear y continuar la evolución de la humanidad. La historia de la humanidad no es precisamente la historia de una institución filantrópica donde se preocupan por todos al mismo tiempo.
La historia de la humanidad es una guerra por la supervivencia, sobre todo teniendo en cuenta que el planeta está estropeado hasta tal punto que restablecerlo, detener este proceso de evolución, es imposible. Si se detiene el progreso en la forma que ahora tiene, es decir, inmediatamente se reduce el número de automóviles, todos los vuelos, las pruebas atómicas, serían necesarios más de quinientos años para restablecer las condiciones naturales normales en el planeta, y en estos 500 años, sin todos estos logros, la gente se enfrentaría de tal manera que unos a otros se cortarían la garganta y, en general, sería imposible vivir. No es necesario hacerse ilusiones de que la gente es buena y de que todos quieren el bien. El hombre es una creación bastante repugnante, capaz de todo. El hombre ha llegado a ser hombre en el sentido moderno de la palabra, gracias a que la gente se ha puesto límites a sí misma. Sin la invención del Estado, de la moral, de la religión y de otros medios e instituciones el hombre no hubiese llegado a ser lo que ahora es. La tragedia de la humanidad consiste en lo inevitable e ineludible de este curso de la evolución. En esto reside nuestro problema.
(1) Este libro ya ha sido publicado con el título: En el camino hacia la supersociedad