La presidencia de Sárközy y la americanización de Europa

por Lorenzo Peña
2007-05-24


Resumen
Ni la candidata derrotada, Ségolène Royal, ni el triunfador, Níkolas Sárközy, han ofrecido verdaderos programas, sino heteóclitos amasijos de promesas incongruentes.

Los proyectos sarközianos en materia económico-social son o bien escasamente viables, o bien socialmente regresivos, o carentes de los efectos curativos que les atribuye el nuevo Presidente.

Esas promesas endebles e inanes están montadas sobre una visión axiológica errónea, porque Sárközy y Royal comparten la idea de que el valor del trabajo y el de la mejora de la vida son los del individuo aislado, no los del trabajo colectivo, ni los del bienestar social que se disfruta en común. Ambos rechazan el colectivismo y el universalismo.

Con la nueva organización gubernamental de Sárközy, los ministerios vienen reemplazados por programas estratégicos transversales cuya constitución obedece al cambiante arbitrio subjetivo del jefe, en el marco de un plan de desmantelamiento del aparato estatal y de privatización de los servicios públicos.

El modelo que se diseña es el de una acelerada integración de Francia en una Europa americanizada en la que se perpetre una persecución encarnizada contra los inmigrantes clandestinos.

La victoria electoral de esa árida y áspera candidatura ha sido posible por la bancarrota moral de la izquierda y su descrédito entre una amplia masa trabajadora, a causa de la ley Aubry de 2000 sobre las 35 horas y de la ideología del ocio como lo más valioso de la vida.

El análisis de los resultados electorales revela que es erróneo hacer de la participación en las elecciones el eje de la lucha por un mundo mejor.