Fidel Castro ha aludido al conflicto yugoslavo ante decenas de miles de personas que estaban reunidas el 4 de mayo de 1999 frente a la gran escalera de la Universidad de La Habana para festejar la victoria del equipo de beisbol cubano frente a un club de Baltimore: «Lo que es seguro es que en el umbral del próximo milenio, Europa, la OTAN y sus miembro incluidos los EE.UU., están cometiendo lo que se puede calificar de GENOCIDIO: dejar en un solo ataque un millón de personas sin electricidad y sin calefacción, cortar todas las comunicaciones, todas las fuentes de energía y los transportes, destruir todos los medios que tiene un país para vivir e intentar que ceda bajo las bombas y la tecnología, es verdaderamente un GENOCIDIO.

Europa se encuentra metida en un conflicto peligroso para ella misma, para el mundo, un precedente terrible de no respeto a las leyes internacionales, de no respeto a la ONU que se está imponiendo y la situación se está complicando. Nuestra opinión es que ante este cuadro sólo es posible una solución política basada en el derecho de las naciones, de las religiones, de las etnias y de las culturas de la región y no una solución militar. Una solución para los Serbios y para los Kosovares. Estoy profundamente convencido del hecho que este problema no se resolverá por la fuerza, todas las tecnologías militares fracasan ante la resistencia de cualquier pueblo. Estoy convencido, como lo estoy para nuestro país, que un pueblo dispuesto a luchar no se doblegará ante ninguna potencia sea cual sea su fuerza».

Fidel Castro subraya que los responsables de la OTAN han cometido el error de creer en un paseo militar. Aludiendo a la tragedia de los refugiados Kosovares que nadie quiere en su territorio, el jefe del Estado cubano ha saludado el trabajo hecho por la congregación de San Egidio, cercana a la Iglesia católica.

Ha declarado: «Condenamos firmemente los ataques barbaros contra Serbia y compartimos también los sufrimientos de los centenares de miles de refugiados cuyo problema no viene sólo de un lejano pasado histórico sino también de la desintegración de Yugoslavia. Los que han desintegrado Yugoslavia han atizado los conflictos y tienen gran responsabilidad. En el terreno humano somos solidarios con el sufrimiento de todos. Hasta tal punto que nosotros que apoyamos políticamente a Yugoslavia víctima de una agresión militar injustificada, cuando una comunidad que ayuda a los refugiados nos ha visitado hace varias semanas les hemos dicho --y lo voy a decir públicamente por primera vez--: `no tenemos muchos recursos pero si hacen falta médicos, nuestro país está dispuesto a proporcionar mil médicos para atender a los refugiados Kosovares'».